Consejos para adquirir buenos hábitos

Acabamos de estrenar el año 2019,  y como siempre, empezamos el primer mes cargado de buenos propósitos. ¿Tienes algún buen propósito?, ¿pretendes llevarlo a cabo?

Aquí tenemos algunos ejemplos de unos cuantos propósitos que escucho de forma habitual todos los inicios de año:

  • Empiezo una dieta detox.
  • Me apunto al gimnasio.
  • Dejo de fumar.
  • Me apunto a un curso.
  • Empiezo a estudiar.

Respecto al primer punto, seguimos cometiendo la equivocación de estar a dieta y pensar que es saludable, y no, no lo es. La clave está en adquirir buenos hábitos de forma general y mantenerlos en el tiempo.

No cometas el error de hacer dietas restrictivas detox, con batidos o sustitutivos de comidas; lo único que esquilmarán es tu bolsillo, no adquirirás buenos hábitos ni aprenderás a alimentarte.

Y por supuesto, las dietas detox (alcalinas, por puntos etc) no sirven para nada. Tus órganos tienen una función detox maravillosa, y tu páncreas así como otros órganos se encargan a la perfección de mantener un pH correcto.

Si necesitas ayuda para planificar tu alimentación acude a un profesional sanitario titulado y colegiado. Los únicos profesionales sanitarios capacitados para estructurar tu alimentación somos los técnicos superiores en dietética y nutrición y los dietistas-nutricionistas.

Cualquier profesional que no ostente estas dos profesiones sanitarias está incurriendo en intrusismo profesional y es denunciable.

Y dicho sea de paso, que tus expectativas no sean muy grandes, seamos realistas, si tienes unos malos hábitos instaurados hace años, no pretendas cambiarlos en un mes.

Ten paciencia, no se tiene un cuerpo fitness de la noche a la mañana, no te creas todo lo que ves en internet, es mentira.

En cualquier caso, cualquier cambio requiere dedicación y esfuerzo, y es difícil flaquear con nuestro entorno, no desesperes…

¿Es difícil cambiar de hábitos si no cambias tu entorno?


Nuestro entorno es obesogénico: escaleras mecánicas, ascensor, mandos a distancia, jornadas interminables sentados frente a un ordenador y múltiples ejemplos más.

Nuestro cuerpo está diseñado para moverse: El sedentarismo te enferma. Pero no solo ese factor influye en nuestra composición corporal.

La industria alimentaria te oferta comodidad y palatibilidad a buen precio, se ha perdido la buena costumbre de cocinar y cada vez más se adquieren productos pre-cocinados de dudosa calidad.

Y, ¿cuál es el resultado de todo ello? Diferentes enfermedades metabólicas y autoinmunes cada vez más frecuentes, incluso en la población infantil se aprecia cada vez más casos de obesidad y diabetes tipo 2.


¿Y si las personas que nos rodean tienen malos hábitos?


Pues siento comunicaros que por imitación ancestral seguiremos las pautas de conducta de nuestro grupo o manada, por lo tanto la obesidad es contagiosa.

Vivimos en una sociedad donde no se juzga a la persona que consume de forma habitual alcohol, tabaco o ultra-procesados, y que además lleva una vida sedentaria. Son pésimas costumbres sociales cada vez más cotidianas y desgraciadamente se han normalizado.

Sin embargo, ¿cuántas veces os han preguntado? ¿Pero para qué estás a dieta si estás bien? Las personas no entienden que estáis cambiando hábitos, por lo tanto, tampoco comprenden que es la forma de vida saludable que has decidido seguir.

Yo no perdería demasiado el tiempo dando explicaciones, ¿acaso tú se las pides, sea cúal sea su hábito de vida?

¿Como desarrollar buenos hábitos?


Es importante fijarte un objetivo y rodearte de personas que te motiven. Si haces deporte intenta quedar con alguien para practicarlo, y si estás rodeado de personas que cuyos hábitos te distraigan de tu propósito será mejor que frecuentes menos su compañía.

De esta forma evitarás las tentaciones visuales y la imitación de caer en malos hábitos por la presión social.

Consejos para adquirir buenos hábitos que deberías colgar en zonas visibles de tu casa:


  • Trata de acostarte temprano respetando tus ritmos circadianos, de ese modo te levantarás antes de lo previsto y con más energía para practicar deporte.
  • Puedes dejarte la ropa deportiva preparada la noche previa para solo cogerla y salir a hacer ejercicio, o bien puedes practicarlo en casa.
  • Si desayunas, hazlo de forma ligera para sentirte menos pesado.
  • No pierdas demasiado tiempo de ocio frente a pantallas, móvil, televisión, ordenador.
  • Ten siempre un frutero con fruta fresca a mano, cremas de verduras organizadas en fiambreras de cristal, ensaladas semi-preparadas, verduras al horno o en pisto o legumbres en conserva. 
  • Cuando salgas a hacer la compra, es más recomendable hacerlo en pequeño comercio especializado (frutería, pescadería o carnicería), o mercado local. De ese modo tendrás menos acceso a productos ultra-procesados tentadores.
  • Si por el contrario compras en un supermercado, intenta evitar los lineales de productos insanos que captarán tu atención. Si tienes ese tipo de productos en casa, recurrirás a ellos en un momento de ocio o debilidad.
  • Evita permanecer demasiado tiempo sentado, levántate y haz un poco de ejercicio. Por poco que hagas al cabo del día, todo suma.
  • Puedes subir las escaleras en vez de utilizar el ascensor, caminar más en tu trabajo o cuando te dirijas a él.
  • Evita los productos light o 0%, que contienen edulcorantes artificiales o bajos en grasa (en el caso de los lácteos fermentados eliminan también la vitaminas liposolubles A y D) fundamentales para nuestro organismo.
  • Basa tu alimentación en comida real, frutas, verduras, carnes, huevos, pescados, legumbres y tubérculos de temporada y de cercanías. Tu alimentación será sin duda más nutritiva, más saciante y tendrá menos impacto medioambiental.

La industria nos engaña


El inconveniente de tomar productos 0% es que aportan poca densidad nutricional además de menos calorías, y por lo tanto, tendemos a ingerir más por el hecho de ser menos calóricos.

También hay que tener en cuenta que, aunque sean menos energéticos, su sabor dulce activa igualmente la producción de insulina y un exceso de ésta acaba produciendo una resistencia a ella y una posterior diabetes 2.

Además, al cabo del rato volverás a sentir hambre y algunos edulcorantes a dosis elevadas provocan flatulencias y otros trastornos digestivos como posibles diarreas.

La industria alimentaria sabe como captar tu atención con colores llamativos y el 0% bien posicionado. Así que, mi consejo es que evites este tipo de productos que, además de ser más caros, no te alimentan.


¿Y llevando a cabo estos consejos puedo bajar de peso?


Bueno, si cambias tu forma de vida y mejoras tus hábitos probablemente lo consigas, a no ser que seas un genotipo ahorrador, pero eso ya lo dejamos para otro artículo, ¿os parece bien?

Espero que os haya gustado la entrada de hoy. Os agradezco mucho que compartáis, ya que de ese modo podéis ayudar a quien lo necesite.

¡Hasta pronto!

Foto de portada de Rawpixel.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *