¿Puedo comer melón? Siempre se ha dicho que el melón, al igual que el plátano, engorda. En el artículo de hoy romperermos este mito. ¡A comer melón!
Cuantas veces me habéis preguntado: ¿Puedo comer melón? ¡¿Pero no engorda?!
Pues os voy a responder de forma clara y sencilla. Ahí va la respuesta: Engorda el sofá, engorda estar sentado frente a un ordenador ocho horas al día, utilizar el ascensor en vez de las escaleras, coger el coche para distancias cortas.
En resumidas cuentas, engorda permanecer estático demasiado tiempo ¡Estamos hechos para movernos!
Una incorrecta alimentación, el sedentarismo, una mala higiene del sueño y un desequilibrio en nuestra microbiota intestinal da lugar a enfermedades no transmisibles.
Enfermedades metabólicas como la hipertensión, diabetes tipo 2, dislipemias o enfermedades autoinmunes como el cáncer, lupus, esclerosis múltiple, diabetes tipo I, y un largo etcétera (estudio).
Entonces qué, ¿puedo comer melón?
Pobre melón, igual que sus primos la uva o el plátano, ellos no tienen la culpa 🙁 ¡Qué mala fama tienen!
Bueno, a lo que iba. Siempre me preguntáis en consulta «si podéis comer tal o cual alimento, que si la sandía engorda menos que el melón, o que si es mejor el plátano o la banana, que si podéis comer uvas».
Por cierto, ya hemos hablado en otras ocasiones sobre las propiedades de la sandía y el plátano.
Si lo que os importa son las calorías, solo tiene 28-30 kcal por 100 gr de producto, el de Cantalupo casi las dobla, pero bueno, los que me conocéis ya sabéis que yo no cuento calorías, ¿no? 😉
Si que es cierto que en el protocolo de dieta cetogénica hay limitaciones en ciertas frutas, pero limitar no es prohibir.
¿Un poquito de historia del melón?
Melón, Cucumis melo, es una fruta que pertenece a la familia botánica de las Cucurbitaceae, como su primo el pepino, el calabacín o zucchini, la calabaza y la sandía.
Su cultivo es originario de Irán, Anatolia y del Cáucaso, con un centro secundario en el noroeste de la India y Afganistán.
Su tamaño depende de la variedad y de las condiciones de cultivo. De este modo, hay melones pequeños que pesan alrededor de 400 gr y otros muy grandes que pueden llegar a pesar 20 kg o más.
El color de la corteza y de la pulpa es variable según su variedad, el exterior puede ser blanquecino, gris, verdoso o amarillo y de textura lisa o rugosa . La pulpa es aromática, de textura suave y la pulpa es de diferentes colores: amarillo, verde, rosado y tonos intermedios. En el centro contiene muchas semillas.
Los tipos más cultivados son amarillo, ananas, cantalupo, cantalupo italiano, calameño , earl japonés, eartern shipper, galia, melón de oro, melón verde o melón tuna (conocido en inglés como honeydew), piel de sapo DOP, tendral, western shipper.
¿A qué no sabíais que existían tantas variedades de melón?
Estamos casi en plena temporada de este dulce fruto. Es durante los meses de verano, desde julio hasta septiembre, cuando se cosecha. ¡A disfrutarlo!
Os recomiendo probarlo espolvoreado con canela de Ceilán está espectacular.
Composición nutricional por 100 gr de melón
- Energía (Kcal) 28
- Proteínas (g) 0,6
- Hidratos de carbono (g) 6
- Fibra (g) 1 1,8
- Agua (g) 92,4
Minerales y oligoelementos:
- Calcio (mg) 14
- Hierro (mg) 0,4 0
- Yodo (µg) — — (Depende de la zona de cultivo; trazas)
- Magnesio (mg) 17
- Zinc (mg) 0,1
- Sodio (mg) 14
- Potasio (mg) 320
- Fósforo (mg) 18
Vitaminas:
- Tiamina (mg) 0,04
- Riboflavina (mg) 0,02
- Equivalentes niacina (mg) 0,5
- Vitamina B6 (mg) 0,07
- Folatos (µg) 30
- Vitamina C (mg) 25
- Vitamina A: Eq. Retinol (µg) 35
- Vitamina E (mg) 0,1
Propiedades y valoración nutricional del melón:
El melón contiene una alto contenido de agua (92%). El alto grado de agua de esta fruta estimula los riñones para que funcionen con más eficiencia, facilitando de ese modo la eliminación de sustancias de desecho y toxinas, y mejorando la función renal.
Es una de las frutas con menor contenido calórico, y está delicioso, es fresco y de sabor dulce, además de saciante.
Como podéis observar aporta una cantidad bastante apreciable de vitaminas, especialmente vitamina C, (25mg), casi la mitad de cantidad diaria recomendada.
La vitamina C tiene gran poder antioxidante, es imprescindible para el crecimiento, además ayuda a la formación de colágeno, que es una proteína que mantiene en buen estado la piel, los tendones, el cartílago, los ligamentos y los vasos sanguíneos. Ayuda también en la correcta cicatrización de heridas.
Su aporte en vitamina B9 o ácido fólico (30µg), contribuye a prevenir malformaciones del feto durante el embarazo. Ayuda en el crecimiento de los tejidos y en el trabajo celular
Trabaja junto con la vitamina B12 y la vitamina C para ayudar al cuerpo a descomponer, utilizar y crear nuevas proteínas. Ayuda a la formación de los glóbulos rojos (combate la anemia)
LaS vitamina B12 y B9 ayudan a producir el ADN, pilar fundamental del cuerpo humano, que transporta nuestra información genética.
En cuanto a la vitamina A, su contenido tampoco es nada despreciable y cuanto más amarillo sea el melón, más cantidad de betacaroteno posee.
La funciones de la vitamina A son: Diferenciación celular normal, desarrollo y funcionamiento normal del sistema inmunitario, mantenimiento de la piel y las membranas mucosas, buen estado de visión y actúa también en el metabolismo normal del hierro.
En cuanto a los minerales, el rey es el potasio. En realidad como electrolito cumple varias funciones, participa en el mantenimiento de la presión osmótica en las células del cuerpo, contribuyendo de ese modo a la regulación del equilibrio hídrico. Junto con el sodio (14mg) y el calcio (14mg), el potasio actúa en la actividad del corazón y es responsable de las células musculares y nerviosas, siendo asimismo necesario para la regulación de la tensión arterial.
Desempeña además un papel importante en la producción de proteínas y en el metabolismo de los carbohidratos (importante para la generación de ATP y de energía).
Su contenido en magnesio (17 mg) también es importante. Ayuda a mantener el funcionamiento de músculos, nervios y el sistema inmunitario, equilibra los latidos del corazón y ayuda a que los huesos permanezcan fuertes.
También ayuda a regular los niveles de glucosa en la sangre y en la producción de energía y proteínas. Puede ayudar en la hipertensión arterial, enfermedades cardíacas y diabetes.
Yo no suelo recomendar tomar suplementos de magnesio, solo en caso de dietas más altas en proteínas o cetogénicas, ya que en esos casos se incrementa la necesidad de magnesio.
Espero que os haya gustado el artículo de hoy. Si es así, os agradezco que lo compartáis 😉
¡Chao!
Esta curioso