La tiranía de la belleza

La temática de hoy es: La frustración como consecuencia del bombardeo publicitario de la mujer perfecta, la tiranía de la belleza.

Hoy no voy vais a leer un post sobre alimentos, ni tampoco receta alguna.

Hoy voy a hablar sobre un tema que me hastía y cabrea al mismo tiempo, pero sin embargo voy a tratarlo de la forma más objetiva posible.

La temática de hoy es: La frustración como consecuencia del bombardeo publicitario de la mujer perfecta, la tiranía de la belleza.

La obsesión por la perfección nos ha llevado a dejar de lado la coexistencia de otros valores más imperativos y necesarios en la formación humana, todo ello fruto de un entorno publicitario invasivo y la efectiva incidencia que tienen las redes sociales.

La exclusión de la persona «imperfecta» en un mundo donde la perfección física pretende dejar de lado al desarrollo personal y la riqueza cultural.

Se han creado unas expectativas frustrantes y un  impacto muy fuerte en nuestra sociedad, sobre todo entre los jóvenes, que dificulta y hasta impide el desarrollo armónico de la persona.

Todo ello conlleva inseguridades, decepciones, inestabilidadades, trastornos alimentarios, de conducta, bullyng, y en los peores casos, el suicidio (estudio).

Desde pequeñas o al menos en mi generación, la de los 80 (sí, ya peino canas), se nos inculcó a fuego frases como: «tienes que mantener tu hogar impoluto (saber cocinar, planchar, coser), a tu pareja contenta, unos hijos bien educados, y siempre un «saber estar, en cualquier situación». 

O estas otras frases también recurridas como: «una ama de tu casa, una señora en la calle y una puta en la cama» La sumisión absoluta vamos.

La perfección no existe

Y las críticas sociales a las imperfecciones de las mujeres más mediáticas que exponen sus cuerpos en la playa a la indiscreción de los fotógrafos más avispados. Triste realidad…

Bueno, a lo que íbamos que me enrollo.

A día de hoy los roles han cambiado a peor, no os creáis que han mejorado mucho. Si bien es cierto se notan reflejos de una nueva generación emergente que lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y ya no se dejan engañar tan fácilmente, todavía se respira un poso de machismo disfrazado de tolerancia.

Mentiras al desnudo

Seguimos viendo en anuncios publicitarios a mujeres irreales (con tratamiento de photoshop), seguimos siendo diana de imágenes sexistas (mostrando cuerpos semidesnudos), y todo ello con cualquier producto susceptible de ser vendido. Es el único objetivo, captar la atención y vender el producto.

Y mención especial tiene la venta de la eterna juventud, las cremas milagrosas, los geles que prometen lo que nadie quiere aceptar y todo el mundo quiere comprar: El paso de tiempo y la esperanza no caer en sus redes.

Hubo una época en que la delgadez era extrema, según la década y las modas. De las mujeres hermosas con curvas, se pasó a una tendencia con unas mujeres andróginas de un aspecto insalubre y seguramente abocadas a la desnutrición.

La publicidad y las redes sociales marcan la tiranía de los cánones de belleza

Os recomiendo ver este vídeo de Muhimu, que refleja la realidad social en la que viven demasiadas personas.

Para gran parte de la sociedad el culto al cuerpo se ha convertido en una obsesión . El tiempo pasa, no se detiene, no es más que un tren sin paradas. 

Pasados los cuarenta años no se puede pretender tener el mismo aspecto que cuando se gozaba de los veinte. Pretenderlo es una quimera que provoca frustración pero a la vez un juego al que muchos están dispuestos a participar, a cualquier precio. Siento decirlo, pero no se puede transaccionar con el paso del tiempo.

Precisamente la industria de la belleza se aprovecha de esa imposibilidad para vender lo que todo el mundo ya sabe: El tiempo envejece. Pero muchas personas están dispuestas a comprar lo imposible.

Y justamente esa tiranía de la belleza hacia la mujer se ha hecho valer en temas tan baladís como la edad: «Es una falta de respeto preguntar a una mujer la edad». ¿Quién quiso inculcar ese enigma? ¿Por qué una mujer no puede decir abiertamente o ser preguntada por su edad?

La misma sociedad no quiere que tú como mujer manifiestes abiertamente el paso del tiempo. ¿Es algo de lo que hay que avergonzarse? ¿Son los tintes para el pelo otro mecanismo subliminal de ocultación del inefable paso del tiempo que la mujer debe mantener bajo secreto de sumario y dentro de un cajón bajo llave?

Hay una evidencia que se respira en la sociedad: Nos marcan el camino sin que nos demos cuenta, y los patrones de belleza que hemos adquirido desde la infancia no es más que un ejemplo más de los miles que nos infestan continuamente.

Pero no debemos confundir términos: Una cosa es la tiranía de la belleza y otra la belleza en sí. Porque un cuerpo puede ser bello con ochenta años, un cuerpo desde el punto de vista humano, desde la óptica de la aceptación de la vida, es ya de por sí bonito.

La mirada de lo bello es nuestra, no nos dejemos manipular por quienes quieren quitarnos esa íntima y particular percepción de la vida. Mi mirada es mía y de nadie más, y solo yo decido qué es lo bello.

Desecha la percepción negativa del reflejo que te devuelve el espejo

Si llevas una alimentación adecuada, practicas ejercicio cardio-vascular combinado con ejercicio de fuerza, y una buena higiene del sueño, probablemente no pesarás lo mismo que hace 20 años y tendrás algunas arrugas y «michelín» más, la piel ligeramente más fláccida y también celulitis, pero no te auto-castiges por ello, es la naturaleza junto al paso del tiempo y es tan inevitable como la muerte.

Y sí, ya sé que puede parecer duro, pero si das un vistazo a tu vida y has conseguido parte de tus objetivos prácticamente tienes todo lo que necesitas.

Si te quieres y te aceptas por encima de todo, y sin la aprobación ni el permiso de nadie para ser feliz, créeme, has triunfado en la vida.

La tiranía de la belleza

Un michelín o unas arrugas no te definen, de eso se encargan tus actos y tus actitudes en la vida. Pero esto no implica dejarse llevar. Cuidarse es importante, no nos olvidemos que cuidando de nuestro cuerpo, este nos permite seguir siendo organismos vivos e independientes.

No se trata de ser más o menos bellos físicamente sino de vivir con calidad de vida. La calidad se asocia directamente con la felicidad, y la felicidad es el objetivo final. Ya lo dijo el poeta: «vive para vivir y muere para morir», es decir, vive estando vivo, acepta la muerte y el paso del tiempo como parte de la vida.

    ¿Quieres perder peso?

¿Cuántas veces habéis visto este tipo de carteles llamativos con promesas de pérdida de peso rápida? Son todo  cuerpos esbeltos y caras sonrientes.

Ofertan la imagen que queremos ver y los cuerpos que queremos mirar. Proyectan estas imágenes como el espejo que queremos tener enfrente de nosotros.

¿Cuántas veces os han ofrecido dietas con suplementación, batidos, pastillas etc? Nos venden aquello que queremos escuchar.

¿Y cuántos de vosotros habéis sucumbido a esas falsas promesas y han esquilmado vuestro bolsillo a la par de una rápida pérdida de peso? ¿Os habéis enfrentado a un efecto rebote? ¿Cuántos de vosotros habéis aprendido a alimentaros correctamente?

Sentirse bien  no es esfuerzo de unos días, debes hacer un cambio de hábitos, si estás dispuesta a cambiar tu estilo de vida, sentirte bien y como consecuencia verte mejor, pide cita

Negociando con la salud

Es terrible el negocio de la pérdida de peso, hace unas semanas Facua denunció a NaturHouse por publicidad engañosa y, permitidme que os pregunte, ¿cuántos de vosotros habéis acudido a un centro de ese tipo?

He de deciros que no juzgo a nadie por ello, cada cual es libre de acudir donde crea conveniente, pero debéis saber que no es lo adecuado, y huid cuando os vendan pastillas naturales milagrosas. No hay evidencia científica sobre ningún suplemento para perder peso.

Tenéis que entender que el peso no es lo más importante, solo es un dato más. De hecho una pérdida de peso rápida implica una pérdida de masa muscular elevada, perder músculo es perder la salud.

Un cambio paulatino de estructura corporal con una mejora de la calidad de tu masa muscular, practicando ejercicio de fuerza, tendrá por consiguiente una considerable bajada en el tejido adiposo subcutáneo y visceral.

Una alimentación equilibrada, higiene del sueño, gestión de estrés, contacto con la naturaleza y microbiota eubiótica, son también fundamentales. Y te diré algo importante, no hay mayor belleza que sentirse bien.

Olvídate de las dietas con suplementación o dietas milagro, no son sostenibles en el tiempo, cambia tus malos hábitos y aprende a alimentarte.

Infografía de @spaithinkeat y foto de portada de nuevamujer.com.

Haz de la felicidad tu hábito de vida...

No permitas que te impongan los cánones de belleza, es solo marketing tirano y absurdo.

Ponte el bikini o bañador, mírate con amor en el espejo y dile; ¡estoy estupenda y soy maravillosa! y vete a la playa.  Hace un día estupendo para sintetizar la vitamina D a través de los rayos solares, eso sí, durante un rato no utilices protector solar o no la sintetizarás, y durante los meses más fríos, la exposición al sol que sea más larga.

Y recuerda la gran frase de un tal Einstein: Lo sorprendente es creer que se pueden conseguir resultados diferentes haciendo siempre lo mismo.

Espero que os haya gustado el artículo de hoy; La tiranía de la belleza, y que por supuesto lo compartáis con esas estupendas mujeres que no aceptan su belleza innata, y por el contrario subestiman la belleza impuesta.

              ¡Qué tengáis un día estupendo!

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